
Políticos que se ‘matan vivos’
En el momento en que escribo estas líneas, se me amontonan los recuerdos y vivencias en la redacción del Diario Área, con compañeros que siguen transitando esta senda del periodismo, dura pero maravillosa, en este medio en otras. Cumplir años no es fácil cuando de medios de comunicación se trata. Así que pasar de los sesenta es, cuanto menos, un índice de salud. Por eso y por mi vinculación siempre con esta casa, es un placer para mí participar de este 63º aniversario.
Con esta excusa, Pablo Gómez me invita a reflexionar sobre cómo veo yo el panorama electoral para las próximas locales del 26 de mayo en el Campo de Gibraltar. Pero, antes de llegar a ese río, los partidos están todavía cruzando el puente de las listas para las nacionales. Entre los nombres que han saltado a la palestra este fin de semana, hay importantes lecturas orgánicas, tanto en el PP como en el PSOE. Y se han herido muchas susceptibilidades.
Cuando se ha abierto el melón de las primarias, en el PSOE han saltado chispas. Entre que el alcalde de San Roque, Juan Carlos Ruiz-Boix, tiene que estar trinando por haberse quedado fuera de la lista al Congreso pese a triplicarle los votos a Grande-Marlaska y que el partido ha recuperado a la exalcaldesa linense, Gemma Araujo, en el número cuatro al Congreso, hay un aire de desconcierto en las agrupaciones campogibraltareñas. Los susanistas no esperaban el favor del federal, claro está. Pero el resultado final de esta lista me consta que ha sorprendido (léase cabreado) a muchos, que ven cómo les adelantan sin pensarlo.
Por su parte, el PP ha decidido templar gaitas con los sorayistas y este sábado colocaba a María José García-Pelayo en la cabeza de lista al Congreso por Cádiz. Y esto tampoco ha satisfecho a otros, que daban por hecho que la ‘limpia’ del pasado estaba muy clara. En lo que concierne a la comarca, se da por hecho que el alcalde algecireño, José Ignacio Landaluce, continuará teniendo presencia nacional. Habrá que ver cómo queda el patio cuando se confirmen definitivamente los nombres que acompañan a la exalcaldesa de Jerez.
Mientras los partidos hacen su reclutamiento a nivel nacional, empiezan a configurarse las listas en el plano local. Y aquí, entre la fragmentación y la polarización del voto, me preocupa mucho cómo se va a alcanzar un equilibrio de fuerzas suficiente y estable en ciertos casos para elaborar las listas y en otros para constituir los equipos de gobierno en los ayuntamientos. Y hablo de fragmentación porque, obviamente, la competencia de los partidos por conseguir un concejal va a ser muy dura, dado el elevado número de opciones electorales que se presentarán.
No digo que sea malo que haya más opciones políticas, cuidado. Digo que la lucha entre los partidos políticos será mucho más encarnizada de lo que ha sido hasta ahora. Y los resultados, en general, menos brillantes y más divididos. Por eso será más significativo que la ultraderecha –no sé cómo se consideran ellos, yo la veo así- alcance representación. Que parece que la alcanzará, como se vaticina tras la sorpresa de las elecciones andaluzas ante la mirada atónita del centro y centro-derecha, que tiene que ponerse las pilas a contrarreloj.
Cuando he contrastado mis inquietudes con la opinión de algunos políticos comarcales, ellos nadan y guardan la ropa asegurando que las locales ‘son otra cosa’ diferente a las andaluzas. A ver si, por una vez, tienen razón. Porque mucho me temo que algunos, que creen tener controlado el patio del voto afín en sus municipios, se van a dar un baño de realidad la noche del 26-M.
Para mí, todo esto parte de un problema común y es que muchos de quienes llevan años en la púrpura del poder o en los entresijos orgánicos de los partidos van perdiendo, poco a poco, el contacto con la realidad y las necesidades de la sociedad actual. Y dejan de ocupar el espacio público para el que fueron elegidos. Se centran en lo que les importa a ellos o a su partido. Y luego ya, si tal, en los ciudadanos. Ese vacío político, en una sociedad cada vez menos crítica, que tiende a los extremos, es un peligro.
Hay cargos públicos y políticos de esta comarca que durarían en una empresa privada cinco minutos. Y eso lo sabemos los que hemos trabajado en la empresa pública y, sobre todo, en la privada. Que es el mundo real. Por eso solo pido a los políticos que ahora empiezan la carrera electoral y van a ‘matarse vivos’ por conseguir un edil, que traten de parecerse más a la sociedad a la que representan, que hablen de debates necesarios, que trabajen en una comarca mejor con sus vecinos y construyan para el futuro. Y dejen de parecerse tanto al espejo en que se miran.
El Campo de Gibraltar tiene enormes retos por superar; un déficit histórico de representación política a nivel nacional que hace difícil que se entiendan sus problemas y, por tanto, se solucionen. Y, sobre todo, necesita más políticos que defiendan a sus vecinos con uñas y dientes no sólo en la campaña electoral que se avecina, o para conseguir un puesto remunerado los próximos cuatro años, sino todos y cada uno de los días en que ostentan ese cargo público.