
El embajador y delegado especial de Asuntos Exteriores para el Campo de Gibraltar, Agustín Núñez, reconoció la singularidad de La Línea durante una conferencia pública en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en la ciudad, titulada Gibraltar y su entorno. En referencia al futuro próximo en el contexto del Brexit, Núñez apreció que “La Línea pide diferenciarse (del resto del Campo de Gibraltar), porque considera que se lleva la peor parte y creo que es rigurosamente cierto”.
El delegado del Ministerio de Exteriores destacó la “relación simbiótica entre Gibraltar y el Campo de Gibraltar” y la “porosidad” del paso fronterizo. En este aspecto, insistió en que España “no quiere dificultar la vida ni a los yanitos ni a los trabajadores transfronterizos”, aunque reconoció que no se ha negociado con Reino Unido ningún tipo de documento para agilizar el paso en caso de Brexit duro. Por parte del teniente de alcalde linense, Helenio Lucas Fernández, se le recordó el conocido “pase de trabajador”, que existió históricamente antes del cierre fronterizo de 1969. Pero, en opinión del diplomático, dicho documento requeriría una negociación internacional no exenta de complejidad que en este momento aún no se ha planteado.
Por otro lado, Núñez incidió en la depresión económica de la comarca, cuya renta per cápita es la más baja de España en contraposición con la gibraltareña, que está entre las más altas del mundo.
“El Gobierno que surja de las recientes elecciones generales tendrá que llevar a cabo los planes que pueda, pero la situación sigue siendo más diferencial que hace cuarenta años. Si bien el nivel de vida ha subido en el Campo, ha subido más en Gibraltar”, aseguró.
Equilibrar esa situación requeriría, en su opinión, “inversiones multimillonarias” tanto en el Campo como en La Línea, donde existe además un problema de espacio. El municipio cuenta tan solo con una superficie de 16 kilómetros cuadrados.
Pese a todo, consideró muy relevante la acción de las fuerzas de seguridad en la lucha contra el narcotráfico en los últimos meses e hizo patente la necesidad de resolver las 82 causas abiertas por delitos de este tipo, así como cumplir los plazos judiciales para evitar que los 200 encausados puedan quedar en libertad si la justicia no es lo suficientemente rápida en sus procesos.
Sobre el Brexit, “veremos en qué queda, pero mi vaticinio es que el Reino Unido se irá (de la Unión Europea (UE)”, afirmó. Para salvaguardar la cooperación ante la posibilidad de un contexto político complejo, Núñez reiteró los compromisos políticos en forma de memoranda que tienen la misión de facilitar las relaciones a ambos lados de la Verja/frontera en caso, incluso, de un Brexit duro.
Por otra parte, el embajador fue rotundo al afirmar que “salvo en la reivindicación de la soberanía, España no mantiene una política coherente sobre Gibraltar”. Núñez se refería a los cambios de iniciativa en la política de Estado respecto al Peñón en función del color del Gobierno de turno en Madrid. Y, tras considerar que debe mantenerse la reivindicación española por las resoluciones de las Naciones Unidas (ONU) de la década de los sesenta, reconoció que “el problema es que la política de España ha sido errática”. Y que “los Gobiernos de derechas han tenido más mano dura, mientras que los de izquierdas han realizado una política de apertura máxima. Todo, condicionado por la política interior de Gibraltar”, aseguró.