
Los lunes no es un día que deje indiferente a nadie, normalmente no hay termino medio o los odias o los amas. Si eres de los que los odias no te sientas un bicho raro estas dentro del 80% que no son felices en su trabajo, si por el contario los amas te doy mi más sincera enhorabuena eres de ese otro 20% que si es feliz en el mismo.
Así como sentir ilusión por ir los lunes a trabajar es absolutamente maravilloso, encontrarte en el lado opuesto de sentir incluso ansiedad por el mismo hecho es una verdadera pesadilla emocional.
Si eres de esas personas que van camino al trabajo con nervios, ansiedad, incluso miedo, creo que este post realmente te puede ayudar. Vamos a indagar un poco sobre esa animadversión a los lunes y al trabajo en general y escucha estos 5 consejos que pueden ayudarte con esta tarea.
Determina que es lo que no te motiva para ir a trabajar.
Pienso que al menos el primer lunes que trabajaste fuiste con ilusión a trabajar. Creo que es necesario preguntarte que es lo que ha cambiado para que tu sensación con respecto a este trabajo sea distinta.
Por tanto debes descubrir que es lo que te hace tener ese rechazo. Son las tareas, son los compañeros de trabajo, son las expectativas de crecimiento… Pregúntate que es y luego determina que es lo que debe cambiar para que tu sensación sea positiva. Una vez que sepas el “por qué” no sirve solo lamentarse, es el momento de ponerte en acción para que cambie. Esto siento decirte que solo está en tus manos.
Determina si tienes algún tipo de toxicidad laboral.
A veces se puede estar desanimado y no llegar a los extremos de nervios, miedo o ansiedad de los que hablábamos en el principio del post. En muchos casos son toxicidades laborales que no son muy marcadas, pero son situaciones que nos van calando levemente como lluvia fina, calan y calan hasta que una mañana descubrimos que ya es tarde y ha realizado un daño enorme en nuestro estado emocional.
Cuando entramos en este pozo emocional la mayoría de las veces se produce por nuestras relaciones con las demás personas. Nuestra infelicidad reside en como nos relacionamos con las demás personas. No te va a producir una infelicidad por ponerte un ejemplo; una fotocopiadora, un ordenador, un taladro o una maquina de soldar. Lo que te llena de argumentos tóxicos la cabeza es tu voz interior sobre lo que interpreta que hace fulanito o menganito. Normalmente fulanito es el jefe, ese jefe tóxico que te machaca psicológicamente, otras veces se trata de un compañero o unos compañeros que te han ganado la partida emocional y te tienen en ese estado de sufrimiento. Se sale de aquí, te lo aseguro, llevo 20 años estudiando la infelicidad laboral, pero el primer paso es tomar consciencia de que es lo que te pasa y que te lo produce, el segundo paso es tomar acción para corregir aquello que debes corregir.
Si tienes un jefe tóxico formúlate estas dos preguntas
Si como decíamos tu problema es un jefe tóxico, entonces debes de formularte las dos preguntas que realizo a todos los clientes que viene a mi gabinete por este asunto.
Primera pregunta; ¿ Es solo tóxico contigo? Si la respuesta es “si”, ojo quizás el problema esta en ti. Si la respuesta es “no” entonces seguramente estemos ante un caso de jefe tóxico de manual. Quédate tranquilo o tranquila ambas respuestas tienen solución, y ambas soluciones están en ti.
Segunda pregunta; ¿Es el dueño o familiar del dueño? Si la respuesta es no, ten paciencia porque será despedido. Si la respuesta es “si”, vete de ese trabajo en cuanto puedas.
Busca el sentido de tu trabajo.
Si tus lunes son un calvario y tu problema no es relacional y se trata de tus tareas o incluso de tu profesión, me gustaría mostrarte la enseñanza de Viktor Frankl en su maravilloso libro “el hombre en busca de sentido”, en el, este Psiquiatra judío muestra su experiencia en el campo de concentración de Auschwitz, durante aquellos infernales días, constató que todos aquellos prisioneros que daban sentido a su vida, bien un familiar querido, bien un ideal o lo que cada uno viese oportuno, pues bien, todos estos prisioneros eran capaces de aguantar las condiciones mas adversas y terroríficas, y no morían. El resto moría sin remedio alguno.
Salvando lógicamente las distancias entre tu trabajo y Auschwitz, intenta buscar el sentido de tu trabajo, ese valor que aporta con toda seguridad a alguien y que es obra tuya.
Cuando empecé a trabajar como director de recursos humanos veía mi trabajo muy distinto a como lo veo ahora. Veía que todo el que llegaba a mi despacho le pasaba algo, venia a contarme una infelicidad de algún tipo, veía que por aquella puerta solo llegaban problemas. Pero decidí darle sentido a mi trabajo y empecé a mirar la puerta desde el otro lado decidiendo que mi trabajo consistía en que de allí saliesen soluciones y que las personas fuesen un poco más felices en el. Aquel día le di sentido a mi trabajo, te recomiendo que le des sentido al tuyo. Tu trabajo va a ser el mismo pero lo vas a ver totalmente diferente.
Focaliza en crecer
Si tu camino al trabajo es un camino triste, de nervios, de ansiedad esta claro que tu visión sobre lo que allí ocurre no es nada buena. Es probable que estés haciéndole caso a esa voz interna, te esta inculcando argumento que te desvalorizan y probablemente hayas hecho tuyas creencias de una visión bastante negativa de ti y de todo lo que te ocurre.
Si te hago la pregunta ¿qué estas haciendo diferente para sentirte diferente?, creo escuchar la respuesta. Nada.
Por tanto creo que es el momento de “reilusionarte”, de focalizar en crecer, siento decirte que eres como ese software viejo que necesita actualizarse para no dar fallos y para no quedarte “pillado”
Plantéate preguntas como: <<¿en que faceta laboral debería mejorar para ser una mejor versión?>> <<¿qué debería hacer para ser más competitivo tanto para mi empresa como para el mercado laboral en general?>> <<¿planteo mi vida como una mejora continua o estoy acomodado en lo que se hacer y no intento evolucionar?>>
El simple hecho de hacer algo para conseguir algo te va a permitir abrir la puerta a la ilusión y esto seguramente es algo que hace tiempo que no tienes. Rétate, busca un objetivo, un sueño que decimos los románticos, el simple hecho de perseguir un sueño hace la vida más interesante.
Focalizar en crecer y ejecutar la acción para conseguirlo es transformarte en otra persona, precisamente en esa persona que es capaz de conseguir las cosas que quieres conseguir. Tu decides seguir estancado o evolucionar, pero no olvides que tu felicidad está escondida justo detrás de esa evolución por pequeña que sea.
Feliz semana!!
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