
Gibraltar y Margallo, Margallo y Gibraltar. El nuevo libro del exministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, vuelve a recordar al Campo de Gibraltar la postura que tuvo, tiene y tendrá respecto al Peñón. Sin tapujos y crítico, aunque hemos de reconocer que siempre tratando de documentar su parecer, el actual eurodiputado del Partido Popular, concedía a COPE Campo de Gibraltar su primera entrevista tras la presentación de Gibraltar: la segunda rendición.
Antes prácticamente de articular palabra, el exministro se aferra al término principio de acuerdo dejando claro que en los próximos minutos escucharíamos una auténtica oda a la esperanza: que la Unión Europea rechace las actuales líneas fundamentales anunciadas por González Laya sobre la bocina el pasado 31 de diciembre y que se incorporarán (o no) a un futuro acuerdo jurídico definitivo entre UE y Reino Unido sobre Gibraltar. «No es nada seguro que esas líneas puedan ser incorporadas al acuerdo definitivo. Primero, porque es muy vago y luego, porque contradice el principio básico de las negociaciones entre Gran Bretaña y Reino Unido que es mantener la igualdad de condiciones, no alterar la competencia y no distorsionar el mercado interior. En ese principio de acuerdo, hay muchas cosas que pugnan contra ello«, apunta.
Una prosperidad envidiable
Una vez alejados del término acuerdo propiamente dicho, García-Margallo asegura que la subsistencia del Campo de Gibraltar y concretamente de La Línea, es posible sin la actual situación jurídica del Peñón. «Además, esta era la gran ocasión de haber permitido subsistir a La Línea en una situación de no dependencia. Actualmente Gibraltar tiene una prosperidad envidiable con la tercera renta por individuo más alta del mundo. En números, los gibraltareños tienen una renta de 92.000 dólares al año, La Línea 20.000. En cuanto al paro, la gran lacra de la zona, en 2018 Gibraltar tenía 43 parados. En La Línea, el paro juvenil está por encima del 50%. La diferencia entre ambos territorios vecinos se debe a que Gibraltar tiene un modelo basado en un régimen especial sin impuestos de valor añadido, ni sobre el petróleo, alcoholes o tabaco. El contrabando es una de las grandes preocupaciones de la Hacienda Europea. En 2013, antes de que estableciésemos controles un poco más serios, entraron en Gibraltar 124 millones de cajetillas que obviamente no se quedaron en Gibraltar, habrían tenido que fumar hasta los niños de pecho 10 cajetillas al día, esto revierte a España y pierde impuestos«.
Solo con la recaudación de los impuestos que España pierde con el contrabando, habría dinero más que suficiente para abordar esa zona económica especial para Gibraltar, el Campo de Gibraltar y Ceuta
El exministro continúa defendiendo que ese plan permitiría que la comarca se quedara con buena parte de los bienes que atraviesan el Estrecho y ahora van hacia otros puntos de la geografía, «sería una fuente de riqueza inmensa». Por otro lado, advierte que «en muy poco tiempo, la EU tendrá que invertir muchísimo en África para evitar una inmigración incontrolada«. Margallo añade cifras: «África duplicará su población en los próximos 50 años y la edad media del continente es de 18 años, es decir, habrá que invertir en los países de origen y de tránsito para lograr la colaboración en la lucha contra la inmigración ilegal y crear fuentes de riqueza para que los jóvenes no tengan que seguir jugándose la vida y que mejor para una empresa que quiera invertir en África que implantar su sede en el Campo de Gibraltar».
Para que eso ocurra debe haber una serie de incentivos
García-Margallo apuesta por incentivos y formación para que eso ocurra, «una oportunidad de oro. No hay que empeñarse en mantener un sistema económico artificial que además dudo que la UE vaya a tolerar«. Insiste en reflexionar en lo que hemos conocido hasta ahora en ese preacuerdo de Laya pasando en primer lugar por los controles: «Si estos serán en puerto y aeropuerto (y no por la Verja) controlados por Frontex y Gibraltar, España será el único país del mundo que no controle sus fronteras y además si continúan las ventajas fiscales podemos ir cerrando los estancos hasta Pamplona». En cuanto a la implantación de empresas en la comarca con las actuales líneas establecidas, el exministro se pregunta «qué empresa se va a establecer en el Campo de Gibraltar si en el Peñón pueden acceder a todo el mercado europeo sin restricciones y sin pagar impuestos«.
Con todo esto, ¿entiende que se celebre en la comarca de forma mayoritaria ese principio de acuerdo?. «Como no lo voy a entender», afirma, «si hay 10.000 españoles que no encuentran un puesto de trabajo aquí, tienen que irse allí y además piensan que sin ese acuerdo desaparecen esos puestos de trabajo».
El plan que planteamos, no es un plan teórico. Está en Europa, Naciones Unidas y la Cumbre Iberoamericana
El exministro insiste en la viabilidad de crear ese plan, esa zona económica especial, algo que reconoce no es rápido y que lo primero sería «darse una vuelta por La Línea» e invertir en la zona con fuerza. Algo que, por cierto, echó de menos en su momento el alcalde de la ciudad, Juan Franco, durante la visita del Ministro a Algeciras y Los Barrios en el año 2016. Margallo añade una interesante clave dentro de su plan: «una garantía por parte de España de mantener los empleos que se pudieran perder en el Peñón o una garantía de renta mientras esa zona económica especial se hace realidad». Las fuentes para ello, insiste, «los impuestos del contrabando y dinero de la Unión Europa al igual que hizo en los acuerdos del Viernes Santo entre Irlanda del Norte y la por entonces República de Irlanda, porque a la UE no le interesa una colonia, le interesa una base de defensa en el Mediterráneo sin los problemas actuales de las aguas que rodean al Peñón«.
Gibraltar, siempre que llega un nuevo ministro de Exteriores, le echa un pulso
En cuanto a su recuerdo de esta zona durante su etapa como Ministro de Exteriores y Cooperación (2011-2016), Margallo empieza a relatar aquel tiempo incidiendo en que «Gibraltar, siempre que llega un nuevo ministro de Exteriores, le echa un pulso. En este caso fue el arrojar bloques de hormigón con hierros para destrozar las redes de nuestros pescadores, entre otras que provocaron un gran malestar», además «se incrementó el contrabando de tabaco hasta llegar a ser incluso condenado por la UE. Usted no puede competir con un territorio donde el impuesto sobre sociedades no grava los beneficios que se obtengan fuera, eso es un paraíso fiscal. No creo que la UE consintiera unas Islas Caimán en nuestra frontera sur», apostilla.
Un plan de cosoberanía
García-Margallo destaca los detalles de su plan: «Verja fuera, con la cosoberanía España solo tenía que asumir con el Reino Unido las relaciones exteriores y Gibraltar habría formado parte de Schengen y de la unión aduanera, doble nacionalidad, instituciones de autogobierno y la zona económica especial protegida, amparada y financiada por la UE. Esto está en las cartas que dirigimos a las autoridades del mundo. Naciones Unidas lleva desde el principio de los tiempos diciendo que Gibraltar es una colonia que hay que descolonizar, hacerlo por negociaciones entre Reino Unido y España y aplicando el principio de integridad territorial restituyendo la soberanía. Cuando se aprobó aquello en los tiempos de Franco, el representante del Reino Unido ya dijo que ellos no iban a cumplir nada. Y ahora, España tiene el privilegio de tener en su territorio la última colonia de Europa y eso no tiene sentido».
Muchos de los términos de ese plan, aparecieron en la comparecencia de Laya del último día del pasado de 2020 pero un modus operandi bien distinto. «Ellos (el Gobierno actual) creen que si nos hacemos los simpáticos y le damos facilidades a Picardo, en cinco años jurarán la bandera española a los acordes de Soldadito Español y eso no ha pasado ni va a pasar como no pasa en otros territorios».
Hablando de incentivos fiscales para la zona, le recordamos que el alcalde de La Línea había propuesto precisamente con esos beneficios como principal argumento, la Ciudad Autónoma a lo que el exministro responde que «no inventemos cosas, que para eso ya está la zona económica especial que está contemplada en la Unión Europea y es posible. Pero si Gibraltar sigue siendo una colonia británica no podría tener acceso.»
Margallo concluye recordando que «el acuerdo que la UE tiene que firmar con Reino Unido sobre Gibraltar, tiene que tener una duración limitada. Moratinos ya trató de acercar a los gibraltareños a España y no sirvió de nada. La gente tiene miedo a cambiar en época de inseguridad. Cuando los británicos hicieron la Verja, dijeron que dejarían una puerta para que los peones de albañil y el servicio doméstico vengan de España a Gibraltar y para que los militares y aristócratas británicos puedan ir a cazar el zorro a Andalucía. ¿Ese es el modelo que queremos perpetuar? Pues yo no«.
