
De Francisco José Díaz Corrales
Se presentaba una mañana calurosa, con muchas incertidumbres por saber cómo iba a transcurrir todo.
La Posá estaba a medias de arreglar, y la invitada ya estaba allí, con su traje blanco, y con un sombrero que la hacía más interesante.
Todo comienza a coger forma, las sillas se colocan, el equipo de sonido funciona y las paredes se visten de cuadros para el gran Evento.

Comienza a llegar la gente… Sorpresa… No hay sillas suficientes para todo el personal. La familia, la primera en llegar, y a continuación amigos, y vecinos que quieren oír las palabras de la escritora.
De repente se coloca todo el mundo en su sitio, y resulta que 87 personas se encuentran sentadas en sus sillas respectivas en el patio de La Posá.

Comienza el evento, nervios por parte de todos, emociones que salen al exterior…. Habla la escritora… Silencio sepulcral en el patio por parte de los asistentes, y al final todo concluye con un gran aplauso.
Todo ha salido perfecto, hasta la venta de libros con firma incluida.

A continuación, la familia hace acto de presencia en el primer bar de la localidad, parece una boda, pero no lo es. Dan las 3 de la tarde, y algunos siguen con los vinos, una ronda….
Otra, otra y así hasta las 7,30 de la tarde, donde los más fieles a la barra dan por concluida la maravillosa jornada que ha vivido esta familia gracias a María Jesús, la escritora que reunió a un grupo de primos para vivir uno de sus mejores días.
