
«Ori lacho dives«, gritan los menores para dar los buenos días en la milenaria lengua gitana, el romaní. Los niños muestran su alegría mientras reciben la visita de ÁREA Campo de Gibraltar a la sede ubicada en la barriada linense de Los Junquillos. Más de una decena de niños payos y gitanos realizan actividades educativas de lengua y matemáticas mientras lo compaginan con salidas como la realizada a la piscina de Castellar o desayunos en la calle Real de La Línea.
José Ramón Mata, un linense entregado a la actividad social durante toda su vida, es uno de los directivos de la asociación de mujeres gitanas Nakera Romí, la cual lleva 24 años proporcionando servicio, tanto en invierno como en verano. Comedor, educación, actividades, cultura gitana… Todo ello en una ciudad con altos índices de depresión social y laboral. Nakera Romí también destaca en la comarca ya que es la única organización gitana que queda en pie. ¿Las madres? Contentas. «Los monitores son muy buenos, los niños se lo pasan muy bien», comentaba una progenitora a las puertas del centro.
Este año han toreado al coronavirus, pero se han encontrado con un muro, o mejor dicho, una brecha: la digital. «En barriadas donde hay un nivel económico y social se nota más. El pasado curso se hizo prácticamente online y si no tienen internet es un nivel educativo bajo», exponía Mata. La niña Suhaila comenta que su actividad favorita fue la salida a la piscina. «Me lo pasé muy bien», afirmaba nerviosa. Su horario es de lunes a viernes en verano. En invierno, el refuerzo por las tardes. Los jueves es el día fuerte, «nos toca matemáticas y lengua», exponía otra menor. Yumalay, reina juvenil gitana de la feria que prepararon en la organización, lo deja claro: «hay que esforzarse, pero luego nos dejan actividades muy chulas».
RUINAS ENTRE MENORES
No todo es alegría. José Luis, directivo de la organización, nos muestra las instalaciones. «El techo se nos ha caído, ahora tenemos una sábana». Los niños, de seis a doce años, conviven con techos llenos de agujeros, sin agua en la cocina, un cuarto de baño digno de una ciudad devastada por la guerra.

También toca otras áreas sociales. Tramitaron más de doscientos ingresos mínimos vitales, reparten las ayudas en Cáritas y las recibidas por parte del Banco de Alimentos. Gracias a esta última ayuda la cocina se encuentra repleta de cereales, verduras y caldos. Pero recalcan lo mas importante: «necesitamos arreglar el local. Animamos a constructores o empresas para que lo arreglen. Este local es de la Junta de Andalucía, las autoridades realizan parches, pero no hay inversión importante», exclamaba Mata.
Al final de la visita los niños comienzan a hablar romaní y despliegan la bandera gitana. Su significado simboliza la persecución que ha sufrido la raza a lo largo de la historia. En un congreso internacional gitano en 1971, además del verde de la hierba y el azul que simboliza el cielo, introdujeron una rueda de la fortuna india, pintada de color rojo por tanta sangre gitana derramada.