
Imagino en aquel aficionado que, pasadas las diez de la noche, termina bajando las escaleras del ferial rondándole por su cabeza un sinfín de preguntas y sensaciones tras la conclusión de la corrida. Quizás uno se desborda el pensar que la vida está para disfrutarla, lejos de cualquier resultado que pueda condicionar un triunfo; o quizás se nos olvida que estamos en una plaza de segunda, donde el criterio y el rigor deben prevalecer por encima de cualquier norma.
Nadie puede poner en cuestión que Las Palomas tiene que ser un referente dentro del panorama taurino. Como tampoco podemos discutir que el rumbo que adquieren las plazas proviene de las exigencias de quienes pasan por taquilla y de las decisiones que se toman en los palcos. Lo que si está claro es que Algeciras ha optado por otras sendas, la del triunfalismo y el rigor utópico, y no sabemos hasta cuando
Sobre el papel, el más necesitado de triunfos era David Galán. El nuevo ídolo de la zona dejó las primeras credenciales con un buen saludo capotero a píes juntos del tercero. Franela en mano, y tras brindar al público, Galván firmó un inicio prometedor de mando y quietud. Siempre en la verticalidad, el gaditano logró la faena más compacta de la tarde, con series ligadas y templadas por ambos lados. Una desacertada petición de indulto y un mal uso de aceros privaron del éxito. Salió a por todas en el sexto, un entipado toro del Torero que terminó por rajarse a las primeras de cambio. Con firmeza y buena colocación, el joven espada le buscó las vueltas logrando muletazos por abajo y de buen trazo. Con tres pinchazos y una estocada el palco terminó asomando, incompresiblemente, el pañuelo blanco.
Morante afrontó una de sus citas clásicas de la temporada con ilusión y ambición. Frente al toro que abrió tarde, el cigarrero tiró de fibra y raza en un inicio arrebatado por abajo y con algún muletazo marca de la casa. Morante trató de buscar la ligazón, sin éxito, de un toro rebrincado y que fue a menos. El inoportuno viento y el poco gas del animal aceleraron el desenlace final. En el cuarto, José Antonio tiró de raza y oficio frente a un animal que nunca terminó de entregarse. Una colada inicial y la búsqueda continua de tablas que mostró el toro alertaron al de La Puebla de las dificultades. Le buscó las vueltas logrando algún muletazo suelto con aroma y torería. Fue premiado con un apéndice tras un pinchazo y una estocada de efecto fulminante.
Desapercibido pasó Alejandro Talavante, quien aún se siente encorsetado e inseguro en la cara del toro, y más allá de dos buenos lances capoteros y un par de series con muletazos de buen trazo, no estuvo al nivel esperado.
Ficha del Festejo
Algeciras (Cádiz). 23 de juniode 2022. Segunda de la Feria Real. Tarde soleada con media entrada en los tendidos.
Se lidiaron seis toros de Toros de El Torero, dispares de hechuras y juego en líneas generales. Destacó por su ritmo y clase el tercero; manejable el quinto; rajados cuarto y sexto; venidos a menos primero y segundo.
Morante de la Puebla, de nazareno y azabache: palmas y oreja Alejandro Talavante, de nazareno y oro: ovación y oreja David Galván, de blanco y oro: ovación tras aviso y oreja