
El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, ha firmado hoy en el Palacio de San Telmo el Decreto-Ley que suprime el Impuesto sobre el Patrimonio en todo el territorio andaluz, y que convierta a la Comunidad en la segunda de España con menos impuestos.
La medida supone la sexta bajada de impuestos en Andalucía desde 2019, cuando el Gobierno regional comenzó a reducir todos los tributos donde tiene competencias.
Desde entonces, la Junta ha bonificado el 99% del Impuesto de Sucesiones y Donaciones y los beneficiarios se han extendido a hermanos, tíos y sobrinos. También se han reducido progresivamente todos los tramos del IRPF, se ha mejorado la deducción por vivienda habitual y para las cantidades invertidas en alquiler.
Asimismo, la deducción por familia numerosa ha pasado de 200 a 400 euros y la de por nacimiento se ha incrementado hasta 200 euros.
A ello se une que la tarifa general del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales se ha bajado hasta el 7%, y el de Actos Jurídicos Documentados al 1,2%, sumando una reducción extra para la compra de viviendas cuyo valor no sea superior a 150.000 euros, y otra de un 3,5% para jóvenes, personas mayores o víctimas de violencia de género o que vivan en municipios con problemas de despoblación.
Según las previsiones de la Junta, la supresión del Impuesto de Patrimonio dejará 360 millones extras en los bolsillos de los andaluces y que sumados a los 540 millones de las anteriores bajadas supone un total de 900 millones.
Esta reforma fiscal tiene tres ejes principales que son la bajada del IRPF, la bonificación del 100% al Impuesto de Patrimonio y la suspensión del canon del agua.
Moreno aboga por que Andalucía » siga siendo el foco de atracción de nuevas oportunidades que impulsan la actividad económica y el empleo», y añade que el Impuesto de Patrimonio, cuya supresión ha firmado hoy, es «un impuesto anacrónico que no existe en ningún país de la Unión Europea«.
El presidente de la Junta confía en que tras esta decisión, Andalucía «atraiga a más inversores para que generen riqueza y empleo» y que éstos establezcan en Andalucía su residencia fiscal, «y no se vayan a países como Portugal donde no existe este impuesto».
Según los datos aportados por Juanma Moreno, de los 20 mayores contribuyentes en Patrimonio del año 2019, la mitad de trasladaron fuera de Andalucía al año siguiente. Esa huida supuso una pérdida de 18 millones de euros, «un 20% de todo lo que ingresamos por Patrimonio”.
La eliminación del impuesto apenas tendrá impacto en las cuentas de la Junta, ya que «supone un 0,6% de lo que se recauda en el conjunto de la Administración«, y por el contrario, producirá «un incremento de contribuyentes por IRPF y por otras modalidades de imposición indirecta mucho más relevante».