
- Más: Tu mejor versión
Esta semana es la semana de la discapacidad, de ahí que vaya a hablar
irónicamente de este tema tan importante. Quizás de esta forma algo irónica
podamos tomar consciencia de muchas discapacidades que no van a ser nunca
reconocidas formalmente, pero sí sabemos, que al interactuar con las personas que
las tienen te hacen la vida más difícil y en muchos casos son los principales focos o
motivos de tu infelicidad en el trabajo.
Personalmente conozco muy de cerca el caso de la discapacidad. Tengo una
hermana discapacitada psíquica, en concreto es autista, llevo toda la vida vinculado
a colegios de educación especial.
Quiero aprovechar para hacer un comentario personal, mi hermana es una de las
personas más importantes e influyentes de mi vida, definió mi personalidad, me
permitió cuando era un niño desarrollar mi madurez de forma más rápida, me
enseñó a conocer el amor verdadero sin necesidad de las palabras ni los gestos,
pero sobre todo me mostró que la vida está repleta de seres distintos y que cada
uno tienen algún tipo de misión aquí.
Creo que como tantas veces la sociedad no ha sabido etiquetar a los
discapacitados. Los discapacitados en realidad son personas distintas que forman
parte de una diversidad. Por tanto, a mi me gustaría hoy cambiar la palabra
discapacidad por la de diversidad. De esta forma podemos entregar la etiqueta de
discapacidad a aquellas personas que jamás tuvieron una etiqueta y que desde sus
actos y su forma de relacionarse con los demás son para mí los verdaderos
discapacitados.
Hoy voy a destacar algunos de los que irónicamente he denominado
“discapacitados sin papeles”. Este como sabéis es un blog de crecimiento personal
y profesional. Pues bien, en este post creo que vamos a dar la oportunidad de que
los “discapacitados sin papeles” que deambulan por las empresas amargando la
vida a los compañeros, clientes, proveedores o en definitiva todas las personas con
las que interactúan tomen consciencia de ello y puedan cambiar su forma de
relacionarse y con ello su tara o su “discapacidad”.
Como comentaba hay mucho tipo de discapacitados amargando la vida al resto,
pero hoy vamos a hablar de 4 tipos comunes de “discapacitados sin papeles” que
deberían despertar de su vida egocéntrica y aportar algo mejor a las demás
personas.
Vamos con estos 5 discapacitados “sin papeles”
1- El borde o maleducado
El primer tarado o “discapacitado sin papeles” del que vamos a hablar y que
encontramos en cualquier empresa es el borde. El borde es ese jefe o compañero
que con ciertos aires de superioridad se relaciona con los demás de forma déspota
e hiriente.
Sería tan fácil como realizar el simple planteamiento previo de si aquello que voy a
decir puede hacer daño a la otra persona… Pero no lo hacen sueltan su basura
mental sin filtro, desde la errónea convicción de siempre estar en posesión de la
razón y produciendo en ese instante el efecto contrario al que intentan y que no es
otro que mostrar su ignorancia en muchos casos y su falta de educación siempre.
Suelen apoyarse en la frase de que soy una persona con carácter y una gran
personalidad. La pena es que nadie les dijo que simplemente es una persona tarada
incapaz de relacionarse con los demás de forma humilde y educada.
2- El narcisista
El segundo tarado o “discapacitado sin papeles” que vamos a encontrar en una
empresa es el narcisista. Esa persona que solo piensa en sus propios intereses y
que es capaz de hacer lo que sea, si eso que va a hacer le favorece en algo.
Su mantra o ley de vida es “el fin justifica los medios” ocasione lo que ocasione o
fastidie a quien fastidie. Mucho ojo a este tarado por dos importantes motivos. El
primero porque las empresas están repletas de este siniestro personaje, en todos
los estamentos del organigrama, pero principalmente en los puestos de poder.
Entre otras cosas porque es su propio narcisismo el que le ha permitido llegar a
dicho puesto.
Y en segundo lugar, mucho cuidado con el narcisista, suele tener una imagen
publica contraria a lo que es, hasta el punto de conseguir que pocos puedan darse
cuenta de quienes son y cual son sus intereses reales.
3- El victimista
El tercer tarado o “discapacitado sin papeles” del que vamos a tomar consciencia
es “el victimista”. Las personas victimístas son personas normalmente mediocres
que justifican su mediocridad por medio de un agravio hacia ellas que solo esta en
su imaginación.
Es mas fácil argumentar que existe un complot contra ellas y que por eso no crecen
o evolucionan, que reconocer que su falta de compromiso con ellas mismas es la
única barrera de su crecimiento o evolución.
La persona victimista busca personas que se sumen a la causa. Tienen un gran
poder de convicción para conseguir que personas afines crean también en ese falso
complot. Los seres humanos y en concreto nuestra voz interna, es muy propensa a
la justificación fácil que nos permita liberarnos de cualquier responsabilidad que
sea difícil de vencer o ejecutar.
La tara del victimismo se puede vencer, pero necesitas tomar consciencia de que
simplemente estás en una excusa barata para no asumir tu responsabilidad.
4- El irresponsable
El cuarto tarado o “discapacitado sin papeles” del que quiero hablar hoy y que nos
encontramos en muchas empresas es el irresponsable. Son personas
irresponsables que echan culpa a los demás de todo para de este modo no tener
que asumir su verdadera responsabilidad.
De pequeños nos mostraron de forma errónea el concepto responsabilidad. De
pequeños entendíamos que ser responsable era ser bueno y portarse bien. Pero el
verdadero concepto de responsabilidad es otro.
La responsabilidad, es la habilidad de responder a aquello que la vida nos pone por
delante. La vida es un continuo reto y debemos estar a la altura de dicho reto. El
irresponsable por tanto es aquella persona que lejos de afrontar el reto, echa
culpas a los demás como justificación para no afrontarlo.
Siempre encuentra un culpable o alguna justificación a su inacción o a su acción
errónea. El irresponsable va del la mano del victimista y el victimista va de la mano
del irresponsable. Se complementan y son normalmente dos taras de un mismo
“discapacitado sin papeles”.
En esta semana de la discapacidad, he querido ironizar sobre lo que entendemos
formalmente por discapacitados y sobre esos “discapacitados sin papeles” que
están en la empresas y que hacen de las empresas un sitio peor.
Sigo pensando que deberíamos llamar a la personas discapacitadas, personas
diversas con muchas cosas que aportar pero quizás de forma distinta. También
creo que el verdadero peligro para las empresas está en aquellas personas que
creemos “normales” pero que son tarados o “discapacitados sin papeles” como
algunos de los ejemplos que hemos visto hoy.
Tomemos consciencia de esto y conseguiremos empresas más productivas, pero
sobre todo conseguiremos empresas más felices.