
En el mundo de las comunicaciones, los canales o medios que utilizamos para dar información, invitar o expresarnos han ido cambiando vertiginosamente. A medida que hemos ido cambiando nuestra forma de comunicarnos, y la tecnología ha jugado un papel importante en este sentido, surgieron múltiples opciones para enviar un mensaje a otra persona.
Sin embargo, aunque los canales fueron mutando, y hoy prevalecen las comunicaciones que parten de la tecnología, como ser el correo electrónico o las redes sociales, aún encontramos otros medios de comunicación que están disponibles desde hace siglos. Nos referimos, entre otros casos, al envío del correo postal. Hoy en día, hay comunicaciones que por su carácter, estilo, formalidad o requerimientos de respuestas, deben ser enviados en sobres de papel, por ejemplo, y en muchas ocasiones con una notificación de recibido.
Comunicaciones consideradas importantes, como un cambio de estructura empresarial, cuestiones judiciales, administrativas, impositivas, salutaciones, felicitaciones, sanciones o notificaciones de despidos, es conveniente hacerlas por el correo tradicional, y enviarlas a la dirección particular de la persona que debe recibir el mensaje. Eligiendo este medio de comunicación, no solo garantizamos que el mensaje llegue efectivamente, sino que también logramos una validación de haber sido recibido.
Sin embargo, hay aspectos a tener presentes a la hora de seleccionar este canal de comunicación y es tener actualizadas las direcciones personales, así como los datos necesarios para que la empresa de correo pueda llevar a cabo su función. En este sentido, también se debe elegir entre los diferentes estilos de comunicación postal, por ejemplo, considerar si debe ser una carta certificada.
Si bien la mayoría de los mensajes que se envían por correo postal están relacionados con comunicaciones formales o importantes, muchas empresas optan por este servicio de correo para enviar, por ejemplo, publicidades. De esta forma pueden destacarse entre otras comunicaciones comerciales que llegan por otros medios, y logran asegurarse de que la publicidad llegue a la puerta del destinatario, garantizando así que el envío sea visto o leído.
Otras alternativas que ofrece el correo postal, y que lo diferencian de otros medios más modernos, es la posibilidad de personalizar el envío con opciones como elegir un diseño de sobre diferente, de colores o con diferentes estructuras que se adapten al mensaje que estamos enviando.
No es lo mismo recibir un sobre de color blanco que uno de un papel más brillante o color llamativo, estas estrategias generan diferentes reacciones y respuestas por parte del destinatario, y en gran medida logran captar la atención. Y que decir de las situaciones donde la comunicación que debemos enviar tiene que anticipar información o datos al destinatario para que sepa que debe abrir el sobre ni bien lo recibe, por ejemplo notificaciones que tienen vencimientos o plazos de respuestas, en estas ocasiones un sobre con alguna especie de ventana o estructura que permita ver parte del interior puede ser la solución que estamos necesitando.
Estos claros ejemplos de medios de comunicación o canales que se siguen utilizando como el correo postal, nos demuestran que a la hora de comunicar un mensaje es muy importante tener presente si el estilo del comunicado condice con el medio que elegimos para transmitirlo y hacerlo llegar a nuestro público objetivo.