
Después de pasar por momentos de mucha dificultad motivados por la pandemia, el Real Club Náutico de Algeciras ha dejado atrás la crisis y ha recuperado su estabilidad gracias a la labor de su junta directiva actual, que encabeza Mercedes Barea desde hace un par de años, aunque ya acumula ocho en el grupo de trabajo.
«Ya estamos dando muy buenos servicios, con el eje de la escuela de vela, que es el ADN de cualquier club náutico del mundo», recuerda al resaltar la labor que se hace con los más pequeños, siendo reconocida por la Real Federación Andaluza de Vela, que ha confirmado recientemente su paso de la categoría de bronce a la de plata.
La presidenta entiende que la labor principal pasa por «trabajar para cuidar el futuro de los próximos armadores. En ellos está el futuro de todo este tipo de entidades deportivas, son nuestra prioridad», apostilla.
Al margen de las distintas iniciativas con los más pequeños, la actividad es incesante en la sede del club, en plena dársena de El Saladillo. «Contamos con una masa social muy variada; con armadores, pero también con otros socios a los que ofrecemos conferencias y exposiciones, contando con la colaboración de la Comandancia Naval de Algeciras, el Ayuntamiento… , para resaltar la vida cultural de nuestra comarca, que es muy rica», además de haberse «abierto la mano a otros clubes para llevar a cabo actividades conjuntas», añade.
En la entidad se tienen muchos frentes abiertos y aún suenan los ecos de la celebración del 75 aniversario, aunque no se descarta llevar a cabo nuevas iniciativas para conmemorar los 80 años del nacimiento de una entidad que va más allá de lo deportivo en una ciudad que mira al mar como Algeciras.